Podemos honrar algunos rasgos de nuestros padres, mientras rechazamos otros y nos convertimos en nuestra propia persona.
La herencia desempeña un papel en casi todo el desarrollo humano, ya sea físico, mental o emocional. Tendemos a parecernos a nuestros padres y estamos sujetos a las mismas sensibilidades que ellos. Incluso podemos estar predispuestos a ciertos comportamientos o preferencias. A medida que envejecemos, nos volvemos cada vez más conscientes de los rasgos que existen dentro de nosotros y su conexión con nuestras madres y padres. Nuestra respuesta a esta epifanía depende de si los hábitos, tendencias e inclinaciones que heredamos son aceptables a nuestros ojos. Podemos honrar algunos de estos rasgos compartidos, mientras rechazamos otros. Sin embargo, no hay ninguna ley de la naturaleza, ninguna conexión etérea entre padres e hijos, que diga que debemos seguir sus pasos. Cada uno de nosotros es libre de convertirse en quien desee ser.
Cuando aceptamos que nuestros padres son seres humanos en posesión tanto de las gracias como de los fracasos humanos, comenzamos a considerarlos como individuos distintos. Y al conceder a las madres y a los padres la personalidad en nuestras mentes, nos damos cuenta de que también somos personas autónomas y de ninguna manera destinadas a convertirse en nuestros parientes. Si bien es posible que hayamos integrado involuntariamente algunos de los manierismos o hábitos de nuestros padres en nuestras propias vidas, el autoexamen consciente nos proporcionará un medio para identificarlos y superarlos si así lo deseamos. Entonces podemos honrar y emular sin reservas aquellos aspectos de nuestras madres y padres que admiramos sin convertirnos en copias al carbón de ellos.
Aunque muchos de los rasgos y temperamentos que te definen son heredados, tú controlas cómo se manifiestan en tu vida. Los patrones que has presenciado desarrollarse en la vida de tus padres no tienen por qué ser parte de tu destino único. Puedes aprender de las decisiones que tomaron y elegir no caer en los mismos vicios. Sus hábitos no tienen por qué convertirse en los tuyos. Pero incluso mientras forjas tu propio camino, considera que la influencia de tus padres seguirá moldeando tu vida, ya sea que sigas sus pasos o no.
Fuente: https://www.dailyom.com/inspiration/your-parents-influence