La procrastinación; palabra compleja, incluso en su pronunciación; ese hábito de posponer tareas importantes a pesar de saber las consecuencias negativas, es un desafío que afecta a millones de personas. Según la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), este comportamiento no es simplemente “falta de voluntad” o "pereza", sino que está vinculado básicamente a patrones de pensamiento y emociones subyacentes.
Afortunadamente, la TCC ofrece herramientas prácticas para romper este ciclo. A continuación, exploramos estrategias respaldadas por esta terapia y cómo aplicarlas.
La TCC sostiene que la procrastinación surge de -distorsiones cognitivas-, como:
Cómo aplicarlo:
2. Dividir Tareas en Pasos Pequeños (Activación Conductual)
La procrastinación suele empeorar cuando las tareas se perciben abrumadoras. La TCC propone la **activación conductual**, una técnica que reduce la ansiedad dividiendo objetivos grandes en acciones concretas y manejables.
Cómo aplicarlo:
3. Usar Técnicas de Manejo del Tiempo Basadas en TCC
La TCC integra métodos para estructurar el tiempo y reducir la evitación:
Ejemplo práctico:
Si pospones estudiar, programa una sesión de Pomodoro enfocada solo en repasar un solo tema a la vez. Al completarla, notarás que la ansiedad disminuye.
4. Cultivar la Autocompasión (No el Autocastigo)
La TCC enfatiza que la autocrítica excesiva refuerza la procrastinación. En su lugar, practica:
Referencias Bibliográficas:
1. "El arte de no amargarse la vida" (Rafael Santandreu)
- Un clásico que explica cómo las creencias irracionales afectan nuestro comportamiento, con estrategias basadas en TCC para gestionar la ansiedad y la postergación.
2. "Terapia cognitivo-conductual: Guía de técnicas y aplicaciones" (Luis Muñoz y Francisco J. Labrador)
- Un manual completo que detalla técnicas TCC aplicables a problemas como la procrastinación, incluyendo ejercicios prácticos.
3. "Deja de postergar: Supera la procrastinación" (Néstor Romero)
- Un libro centrado en estrategias psicológicas para entender y combatir la tendencia a posponer, integrando principios de la TCC.
Conclusión
La procrastinación no es una falla moral, sino un patrón aprendido que puede modificarse. Al trabajar en los pensamientos distorsionados, dividir tareas y practicar la autocompasión, es posible recuperar el control del tiempo y la motivación. Si bien estas herramientas son poderosas, recuerda que buscar ayuda de un profesional de TCC puede ser clave si el problema persiste.
¿Has probado alguna de estas técnicas? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios!
Nota: Este artículo es informativo y no sustituye la asesoría psicológica profesional.
Autor: Psic. Hugo Lizana E.