Incluso cuando no dices una palabra, otras personas aún pueden aprender mucho sobre qué tipo de persona eres y qué estás pensando y sintiendo. ¿Cómo hacen esto otras personas? Observando tu lenguaje corporal. El término lenguaje corporal se refiere a los mensajes que envías con tus gestos corporales y expresiones faciales. Algunos expertos en lenguaje afirman que solo alrededor del 7% de nuestros mensajes a otras personas se comunican a través de las palabras. El 23% restante de nuestros mensajes se transmiten a través de nuestro lenguaje corporal, tono de voz y micro-expresiones faciales.
Durante toda tu vida has estado enviando mensajes a otros a través de tu postura, gestos y expresiones faciales. Cuando eras un bebé, antes de que aprendieras a hablar, la gente miraba en tu carita de bebé, miraba tus gestos y escuchaba tus pequeños llantos y gorgoteos, tratando de descifrar en qué tipo de estado de ánimo estabas y qué estabas tratando de decir. Y has estado reaccionando al lenguaje corporal, el tono de voz y las expresiones faciales de las personas que te rodean toda tu vida, aunque no hayas sido consciente de ello. Te has preguntado ¿Qué tipo de mensajes estás transmitiendo a los demás con tu lenguaje corporal? ¿Tu lenguaje corporal anima a otras personas a acercarse a ti? ¿O inconscientemente les adviertes que se mantengan lejos? Tómate un momento para pensar en cómo sueles pararte o sentarte cuando estás con otras personas. ¿Qué haces con tus manos? ¿Hacia dónde miran tus ojos y qué miran? ¿Tu cara expresa interés en las personas con las que estás, o se mantiene como una máscara tensa y pedregosa?
Cuando estás sentado o de pie, ¿sueles cruzar los brazos por tu pecho? Si esta es tu forma típica de estar de pie o sentado, ¿cómo crees que otras personas interpretan esta postura? ¿Te diste cuenta de que la mayoría de la gente interpretará inconscientemente tus brazos cruzados como una señal de que no quieres que nadie se te acerque? Solo las almas más valientes serán propensas a presentarse cuando adoptas esta postura. Si te paras torpemente, con el pecho ralo hacia adelante, los hombros caídos y los ojos evitando a todos los demás, es probable que las personas intuyan que estás deprimido o completamente falto de confianza. Podrían temer que tratar de hablar contigo sea una experiencia incómoda. Cuando te paras torpemente, no proyectas ninguna señal de que confías en ti mismo, o que tienes algún interés en las personas que te rodean. En cambio, parece que estás tratando de desaparecer.
No importa cuán desesperadamente quieras que alguien venga y se haga amigo de ti, si tu lenguaje corporal proyecta incomodidad o desinterés en los demás, no es muy probable que muchas personas intenten iniciar una conversación contigo. Luego entonces; si algunas señales del lenguaje corporal pueden asustar a las personas, ¿hay señales que animen a las personas a presentarse y acercarse a ti? Rotundamente SÍ, puedes parecer mucho más accesible para los demás si adoptas un lenguaje corporal que sea abierto y no amenazante.
Ya sea que estés sentado o de pie, busca una postura que sea erguida y alerta, pero relajada. Si notas que tu pecho u hombros se están desplomando, enderézate.
Toma conciencia de la forma en que estás respirando. ¿Tu respiración entra y sale suavemente? ¿O se mueve con pequeñas paradas, con dificultad y arranques espasmódicos?
Si notas que estás conteniendo la respiración o respirando de una manera superficial y espasmódica, esto podría ser un signo de ansiedad. Cuando respiras superficialmente, tienes que respirar con más frecuencia y de manera forzada, lo que puede aumentar tu apariencia de nerviosismo. Dile conscientemente a todos tus músculos de tu cuerpo que se relajen. Usa tu abdomen para ayudarte a respirar suave y profundamente. Deja que la parte inferior de tus pulmones desde tu diafragma se llene de aire, y que fluya posteriormente hacia la parte superior.
¿Qué estás haciendo con tus manos? Si te pones nervioso en situaciones sociales, puedes sentir que no importa lo que hagas con tus manos, pero no es así. Muchas personas que cruzan los brazos frente a su pecho probablemente lo estén haciendo, al menos en parte, porque no saben dónde más poner sus manos o qué hacer con ellas. Nunca cruces los brazos a menos que realmente no quieras que nadie se te acerque. Ese es el mensaje que envía este gesto. Si deseas verte abierto y accesible, mantén los brazos a los lados o pon una mano en el bolsillo y la otra abierta y ligera. Si quieres sostener algo en una mano, mantén tu mano al lado de tu cuerpo, y no frente a ti. Sostener el brazo frente a tu cuerpo puede verse como una señal de que quieres cubrirte o defenderte de otras personas.
Mostrar tus manos sin tensión es un signo inconsciente de que no tienes que ocultar, de que estás abierto a recibir y a dar.
Mantente consciente y enfocado en tu entorno y en las personas que te rodean. Si te encuentras desconectado de tu entorno, comenzarás a enfocarte demasiado en tus sensaciones y pensamientos internos negativos. Esto puede aumentar rápidamente tu ansiedad a un nivel muy incómodo.
¿Qué tipo de expresión facial debes tener si quieres que la gente se acerque a ti? En la mayoría de los casos, una sonrisa suave y agradable debería ser la clave. Demasiada sonrisa que nunca se suaviza puede parecer forzada y nerviosa. Una sonrisa agradable con un brillo en tus ojos transmitirá a otras personas la impresión de que charlar contigo será una experiencia memorable y gratificante. Y así lo será ¡
Autor: Hugo Lizana E.
Bibliografía:
Ekman, P. (2021) Cómo detectar mentiras. Paidós
Tijerina, B. (2021) Lenguaje sin palabras. Penguin Random House
Pease, A. (2019) El lenguaje del cuerpo. Amat